Día Mundial de la espirometría
La espirometría es una prueba sencilla e indolora para diagnosticar enfermedades respiratorias que se realiza en consulta. El objetivo es evaluar el funcionamiento de los pulmones midiendo la cantidad de aire que se inhala, la cantidad del aire que se exhala y la rapidez con que se exhala. Mide el volumen de aire y la velocidad del flujo de aire. También se utiliza para controlar el estado de los pulmones y verificar el funcionamiento de los tratamientos o antes de una intervención quirúrgica torácica o abdominal se existe sospecha de alteraciones.
Si existen signos que pueden indicar una enfermedad pulmonar como fibrosis pulmonar, bronquitis crónica, enfisema o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), probablemente el neumólogo sugiera realizar una espirometría. La prueba la realiza personal de enfermería. La valoración de los resultados y el informe corre a cargo del neumólogo.
La preparación para una espirometría
Se recomienda no fumar dos horas antes de la prueba
No se precisa estar en ayunas pero se aconseja no comer ni beber dos horas antes de la prueba para que resulte más fácil respirar
Se aconseja no realizar esfuerzo intenso dos horas antes de la prueba
Se debe indicar el uso de inhaladores.
Se recomienda usar ropa cómoda que no interfiera en la capacidad de respirar profundamente
La espirometría consiste en respirar por la boca a través de una boquilla desechable adherida a tubo conectado a un dispositivo de medición del flujo de aire llamado espirómetro, con los orificios nasales tapados para evitar que salga aire. Se realizan diversas inspiraciones y exhalaciones de diversa intensidad llenando y vaciando los pulmones de la manera que va explicando la enfermera. Estos ejercicios se repiten al menos 3 veces o más. La persona encargada de realizar la prueba va haciendo pausas para que el paciente descanse entre los diferentes ejercicios ya que algunos pacientes explican que tienen cansancio, fatiga o dificultad para respirar.