El dolor postoperatorio
"Una de las claves del éxito del tratamiento del dolor reside en el hecho de tratarlo desde su inicio, sin dejar que aumente. De esta manera se obtienen mejores y más rápidos resultados" afirma la Dra. Ziortza Landaluze responsable de la Unidad del Dolor del Servicio de Anestesiología del Hospital Universitari General de Catalunya, quien continúa diciendo "olvide aquello de que es bueno aguantar tanto como sea posible. El dolor ha de ser tratado con medicamentos eficaces y con un horario programado, sin esperar a que se haga intenso".
Tras una intervención quirúrgica, al ingresar en la planta de hospitalización, la enfermera responsable del cuidado del paciente le informa sobre el modo en que se evalúa la intensidad del dolor. Se trata de una regla donde se marca de manera subjetiva (personal) la cantidad de dolor que siente. La medida no sirve para otra persona, es indicativa del dolor y contribuye a poner el tratamiento adecuado. Esta valoración se hace regularmente en los días inmediatamente posteriores a la intervención quirúrgica.
Si un tratamiento contra el dolor no es eficaz, o no se obtiene el beneficio esperado, hay otras alternativas. Cada paciente necesita su propio tratamiento.
En líneas generales hay cinco métodos diferentes para la administración de analgésicos (calmantes) en el período postoperatorio:
Administración oral: Tan pronto como pueda empezar a tragar líquidos y/o alimentos, los calmantes son administrados por boca.
Inyección intravenosa o intramuscular (administración del fármaco en la vena o en pinchazo en el músculo): Son métodos sencillos y efectivos para tratar el dolor. Siempre
que sea posible se utilizará la vía intravenosa para evitar pinchazos innecesarios.
Catéter epidural: Es un método que se acostumbra a utilizar en intervenciones muy dolorosas. Consiste en la administración de los calmantes por medio de un tubo fino que el anestesiólogo coloca en una zona de la columna vertebral antes de la intervención.
Bloqueo de nervios periféricos: Consiste en la administración de un anestésico local en el trayecto de un nervio o plexo nervioso periférico para eliminar temporalmente la sensibilidad dolorosa mediante un pinchazo. Puede realizarse usando un ecógrafo.
Analgesia controlada por el paciente (PCA): Consiste en la administración de calmantes por medio de una bomba de infusión a través de vía venosa o peridural. La bomba es programada y preparada por el personal asistencial y el paciente solamente ha de apretar un botón. Tiene la gran ventaja de que permite que sea el propio paciente el que se autoadministre el calmante cuando lo necesite.